En la práctica de la Medicina Tradicional China, junto con la acupuntura, la fitoterapia y la moxibustión, aparecen las técnicas manuales, y entre ellas, aparte de la digitopuntura y la reflexoterapia podal (entre otras), está TUINA (Anmo).

Esta técnica llamada Tuina empezó a usarse en la clínica, de una forma amplia y destacada, hace ya más de 2.000 años. En estas primeras épocas, Tuina solo abarcaba el tratamiento de pocas enfermedades utilizando sólo dos maniobras básicas: Tui Fa (empujar) y Na Fa (coger) de las que etimológicamente sale el nombre.

Las técnicas manipulativas o movimientos de las manos de Tuina fueron ampliándose a medida que se fueron incorporando patologías tratadas con éxito con las manipulaciones y desarrollándose un método de masaje muy complejo, con maniobras como An Fa (presionar), Mo Fa (manosear), Tui Fa (empujar), Rou Fa (sobar), Guen Fa (rodar), Ban Fa (torcer), Na Fa (coger), Ca Fa (refregar), Cuo Fa (frotar), Ji Fa (golpear), entre otras.

Tuina no sólo trata los músculos y las articulaciones sino que también restablece la circulación de la Energía Vital del enfermo, toma los principios generales de la Medicina Tradicional China: restaurar en el enfermo el equilibrio entre el Yin y el Yang y restablecer de una forma local y general la armonía circulatoria del Qi (Energía) y del Xue (Sangre).

La técnica que se utiliza en Tuina consiste en realizar movimientos con las manos sobre la superficie corporal, en zonas muy determinadas y precisas, o en puntos claves. La eficacia probada de estas técnicas manipulativas depende de diversos factores que el terapeuta debe aprender a aplicar correctamente, tales como: el tipo de manipulación y la intensidad de las manipulaciones, la característica de las zonas escogidas y de los puntos concretos donde se deben aplicar los distintos movimientos manipulativos. Estos movimientos constituyen los principales medios de la terapéutica. El correcto uso de los movimientos y la habilidad con que se hacen, afectan directamente a la eficacia curativa. La «buena práctica terapéutica» de la Tuina exige que los movimientos sean constantes, energéticos, uniformes, suaves y, como consecuencia, penetrantes.

La Tuina está indicada sobre todo en: lesiones agudas o crónicas de los tejidos blandos, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, adherencias postquirúrguicas, rigidez articular posttraumática, contracturas musculares, dolores causados por artritis y artrosis, cervicalgias, periartritis, hernia discal, esguinces lumbar y articular, epicondilitis (codo de tenista), dolores de cabeza, vértigo, insomnio, hipertensión, alteraciones de la menstruación, diarrea, estreñimiento, etc. Tuina pediátrico: rama específica creada para estimular y apoyar el crecimiento del niño en su período más delicado de desarrollo, que va desde el nacimiento hasta los primeros años de la escuela. Se desaconseja en embarazadas, en inflamaciones varicosas severas y en pacientes oncológicos.

Tuina, es una técnica manual que, aparte de su acción local en lesiones musculoesqueléticas, proporciona, tras su aplicación un aumento de energía en órganos y entrañas, así como actúa sobre los órganos sensoriales y la mente, produciendo un estado y sensación de bienestar físico e intelectual. Llegando a mejorar el estado emocional del paciente tratado adecuadamente.

 

Editado por Dra. Mª Dolores García-Agenjo Marín
Médico Homeópata y Acupuntor médico en Sevilla.
Colegiada 41/4110943

 

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