Posturas que aliviarán el dolor de espalda

Al final del día nuestra espalda ha cargado mucho peso, el estrés y los disgustos y, además, ha sufrido las consecuencias de estar demasiadas horas sentados o de pie. Generalmente podemos recuperarnos durante la noche pero, a veces, también puede empeorar nuestro descanso.
En este artículo te explicamos algunas posturas sencillas que aliviarán tu dolor de espalda de manera natural.

1-Abrazarnos las rodillas

Esta postura es ideal para hacer cada día al volver a casa o justo antes de acostarnos.
1. Nos tumbaremos en el suelo boca arriba y llevaremos las rodillas hacia el pecho para abrazarlas con los brazos, a ser posible hasta cogernos los codos.
2. Podremos sentir como el hueco de las lumbares se acerca al suelo.
3. Podemos potenciar todavía más la relajación si nos balanceamos suavemente hacia un lado y hacia el otro, sin soltar las piernas. Así estaremos relajando los músculos de ambos lados de la columna.
4. Lo haremos durante 5 o 10 minutos.
5. Para deshacer la postura, bajaremos primeramente una pierna y luego la otra, y nos quedaremos unos instantes con las piernas estiradas.

2-La postura del fiel

postura de fiel
Esta postura es todavía más sencilla que la anterior.
1. Nos sentaremos de rodillas, nos apoyaremos sobre los talones y dejaremos caer el cuerpo hacia delante, estirando los brazos y apoyando las palmas de las manos en el suelo. La cabe-za quedará oculta entre los brazos.
2. Respiraremos profundamente 10 veces, permitiendo que se relaje toda la espalda.
3. A continuación, separaremos un poco las rodillas, abriéndolas hacia fuera, y permitiendo que nuestro torso se acerque todavía un poco más al suelo.
4. Respiraremos profundamente 10 veces más.
5. Por último, volveremos a juntar las rodillas y estiraremos los brazos hacia atrás, también en el suelo.
6. Respiraremos profundamente unas 10 últimas veces.

3-Contra la pared


Esta postura no solo relajará toda nuestra espalda, sino que también mejorará la circulación de nuestras piernas. Es ideal para quienes sufren varices, dolores o pesadez en las piernas.
Nos tumbaremos junto a una pared y levantaremos las piernas, las cuales apoyaremos totalmente rectas. Nuestro cuerpo formará, por lo tanto, un ángulo recto entre el suelo y la pared. Si nos cansamos podemos flexionar un poco las rodillas.
Es fundamental que las lumbares estén bien apoyadas en el suelo y que, a medida que respiremos, podamos sentir cómo el hueco que las separa del suelo es cada vez más pequeño.

4-Los laterales del cuerpo

1. Para relajar los laterales de la espalda nos tumbaremos boca arriba, abriremos los brazos en cruz, y acercaremos la rodilla derecha hacia el brazo izquierdo, manteniendo la pierna izquierda estirada. Notaremos como se estira todo el lateral derecho de nuestro cuerpo.
2. Permaneceremos dos minutos en esta postura y haremos lo mismo con el lado contrario.
3. Al terminar este ejercicio, repetiremos la primera o la segunda postura de este artículo para relajar de nuevo toda la espalda.

5-Dos almohadas para dormir

Además de la almohada que usamos para la cabeza, si sufrimos dolores de espalda, podemos dormir mucho más cómodos si usamos otra almohada para nuestras piernas. Así, relajaremos la tensión de la espalda y nos levantaremos mucho más descansados por la mañana.
La almohada la colocaremos de dos maneras, según si dormimos boca arriba o de lado:
A• Para quienes duermen boca arriba: Colocaremos la almohada justo debajo de las rodillas, de manera que las piernas queden ligeramente flexionadas. Al momento notaremos como se relajan las lumbares.


B• Para quienes duermen de lado: Esta postura tiende a afectar a nuestras rodillas y caderas y, como consecuencia, a las lumbares, por lo que colocaremos la almohada justo entre las dos rodillas, de manera que las piernas queden ligeramente separadas y nuestro cuerpo más equilibrado.



6-Aplicar calor
Además de realizar estas posturas cada día, durante unos 10 ó 15 minutos, también aliviaremos mucho nuestra espalda si aplicamos calor en la zona dolorida. Podemos usar una bolsa de agua caliente o una esterilla eléctrica.
El calor local relaja la musculatura y además beneficia también a los órganos. Si lo aplicamos, por ejemplo, en la zona lumbar alta, estaremos dando calor a nuestros riñones, lo cual también será muy saludable.

Editado por Dra. Mª Dolores García-Agenjo Marín
Médico Homeópata y Acupuntor médico en Sevilla.
Colegiada 41/4110943

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