¿Qué ocurre mientras dormimos?
Puede que pensemos que al dormir todo nuestro organismo entra en un período de letargo para descansar, pero nada más lejos de la realidad.
¿Qué ocurre mientras dormimos? El sueño es una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento.
Durante las horas de sueño nocturno tienen lugar un buen número de procesos que preparan a nuestro cuerpo para que esté a punto para afrontar el nuevo día, haciendo del sueño y del descanso algo imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.
Durante una noche de descanso nuestro cuerpo pasa por distintas fases en las que tienen lugar diversos procesos, son las fases y ciclos del sueño.
Las fases y ciclos del sueño
El cerebro funciona a base de ondas cerebrales, dependiendo de cómo sean estaremos en vigilia o en sueño. Y una vez que estemos en sueño, la actividad eléctrica también irá variando según la fase de sueño en la que nos encontremos.
Nuestro sueño es cíclico y se divide en ciclos de unos 90 minutos que se repiten durante las ocho horas recomendables que pasamos durmiendo, pudiendo encadenar entre cuatro y seis ciclos seguidos. Dentro de estos ciclos se suceden diferentes etapas de sueño lento y de sueño paradójico, en secuencias con un orden determinado.
1.Fase I o etapa de adormecimiento: Esta primera etapa comprende aproximadamente los primeros diez minutos del sueño, desde que estamos en período de vigilia hasta que nos adormecemos, una etapa de transición, los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular se enlentece. Entramos y salimos del sueño.
2.Fase II o etapa de sueño ligero: ocupa aproximadamente el 50% de nuestros ciclos de sueño. El cuerpo va desconectando lentamente de aquello que hay en nuestro entorno, y tanto nuestra respiración como nuestro ritmo cardíaco se van ralentizando, y el sueño se hace más profundo.
El movimiento de ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas, algo que hace que sea muy difícil despertarnos cuando estamos en ella.
3.Fase III o etapa de transición: Se trata de una etapa corta, de apenas dos o tres minutos, en la que nos acercamos al sueño profundo. Nuestro cuerpo se encuentra en un estado de relajación profunda. Es la etapa del sueño en el que realmente descansamos y en el que, si nos despertáramos, nos sentiríamos confusos. Se dan trastornos de sueño como el sonambulismo, terrores nocturnos y mojar la cama.
4.Fase IV o etapa de sueño profundo o de sueño Delta: el sueño profundo suele ocupar aproximadamente un 20% del total del ciclo del sueño. Es la etapa más importante de todas, ya que va a determinar la calidad de nuestro descanso. Nuestro cuerpo se encuentra en un estado de relajación profunda, descansamos física y psíquicamente.
Durante esta fase del sueño es difícil despertarnos: nuestro ritmo respiratorio es muy bajo, así como nuestra presión arterial, que suele descender entre un 10 y un 30%.
5.Fase de sueño REM o etapa de sueño paradójico: ocupa un 25% de nuestro ciclo del sueño, entre 15 y 30 minutos. Se denomina fase REM debido al movimiento constante de los globos oculares bajo los párpados. Esta fase se caracteriza por tener una alta actividad cerebral, muy similar a la que tenemos mientras estamos despiertos, la presión y ritmo cardíaco aumentan. Es la fase en la que soñamos y captamos información del exterior, si nos despiertan lo recordamos. El tono muscular no existe, por lo que si queremos gritar en un sueño no podemos.
Ritmos circadianos y la incidencia en nuestro descanso
Los ritmos o ciclos circadianos son ritmos biológicos que todos los seres vivos tenemos y que nos ayudan a regular nuestro descanso. Generalmente se sincronizan con los ritmos ambientales, de modo que tendemos a descansar en las horas de oscuridad y a estar más activos durante las horas de más luz, aunque podemos adaptarnos debido a circunstancias concretas.
Al activarse, el reloj biológico envía una señal al cerebro, para que comience la producción de melatonina, y esta hormona coordina la adaptación de las restantes funciones del organismo para comenzar el periodo de sueño.
Sin embargo, la exposición a la luz artificial propia del mundo moderno y, más recientemente, la exposición nocturna a televisores, ordenadores, tablets, etc. puede contribuir a que los centros cerebrales que regulan el sueño no se activen hasta varias horas más tarde.
Es importante que respetemos estos ciclos circadianos ya que la producción de determinadas hormonas está muy asociada a ellos.
El reloj biológico puede estar alterado por diversos motivos que pueden llevarnos a una situación de imposibilidad para conciliar el sueño al comienzo de la noche, a dificultades para mantenerlo durante la madrugada, o a problemas para mantenernos despiertos durante el día.
1.Factores genéticos.
2.Factores hormonales: diversos cambios hormonales como la menstruación, la menopausia, pero también algunas enfermedades endocrinológicas pueden alterar la función del reloj biológico.
3.Fármacos: antidepresivos, algunos antihipertensivos, alteran el ritmo sueño-vigilia.
4.Alteraciones oftalmológicas que dificulten la transmisión de la señal luminosa.
5.Alteraciones neurológicas.
6.Edad.
7.Alimentación, ejercicio, etc.
¿Por qué tenemos que dormir?
Dormimos para poder estar despiertos por el día y, precisamente porque estamos despiertos y activos durante el día, necesitamos dormir. El sueño es una necesidad básica del organismo y su satisfacción nos permite la supervivencia.
¿Qué ocurre mientras dormimos? Todo lo que pasa en el cuerpo humano guarda un equilibrio, y si falla este equilibrio el organismo tratará por todos los medios de volver a recuperarlo, y lo recupera durante el sueño. Por eso, se ha visto en experimentos de privación de sueño que cuando se elimina “completamente” la posibilidad de dormir en un organismo, sobreviene la muerte.
Parece que el sueño no REM tendría una función relacionada con la reparación de tejidos corporales y conservación y recuperación de energía, mientras que durante el sueño REM predominarían los procesos de reparación cerebral. Por esto, cuando un organismo está aprendiendo, aumenta durante su sueño la fase REM (los niños tienen mucho más REM que adultos y ancianos) y que por otro lado, cuando está sometido a un fuerte desgaste físico aumente la fase no REM (durante la práctica de ejercicio físico).
Una de las funciones más importantes del sueño es su contribución en la regulación de la temperatura corporal, funcionando como un termostato que mantiene la temperatura que el organismo necesita en cada momento.
A medida que aumenta la supresión de sueño, se produce una disminución del rendimiento intelectual con dificultades de concentración y utilización de la memoria, y razonamiento lógico. Disminuyen los reflejos, lo que puede favorecer el riesgo de accidentes de tráfico, domésticos y laborales. Aumenta la probabilidad de desarrollar trastornos psiquiátricos, ya que se producen alteraciones en el estado de ánimo aumentando los niveles de ansiedad e irritabilidad. La privación severa de sueño, puede precipitar la aparición de alucinaciones, alteraciones neurológicas y ataques epilépticos.
¿Cuántas horas hay que dormir?
¿Qué ocurre mientras dormimos? Las necesidades básicas de sueño para mantener las funciones y supervivencia se sitúan sobre una media de 4 ó 5 horas de sueño cada 24 horas. El resto de horas que dormimos contribuyen a mejorar nuestro bienestar y mayor calidad de vida, estimando que en una media de 8 horas podría encontrarse el punto optimo de descanso.
El organismo trata de mantener el equilibrio, y es precisamente esto lo que determina la necesidad de sueño de cada organismo en cada momento. Las horas necesarias de sueño son aquellas que nos permiten estar bien durante el día, sin sentir somnolencia hasta la noche siguiente.
Editado por Mª Dolores García-Agenjo Marín
Médico Homeópata y Acupuntor médico en Sevilla
Colegiada 41/4110943